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1. Introducción

En los últimos años se ha visto un aumento del uso de smartphones por profesionales de la salud. El teléfono inteligente es una nueva tecnología que combina comunicación móvil con sistema de computarización en un dispositivo de mano, de pequeño tamaño, lo que facilita la informática en el punto de atención. La llegada de los smartphones hace que la accesibilidad sea total y que el clínico en cualquier momento y lugar puedo consultar.

La naturaleza del Sistema de salud es móvil, con la participación de los profesionales en varias ubicaciones clínicas tales como consultas, hospitalización, urgencias, quirófanos, las unidades de cuidados intensivos (UCI), laboratorios,etc. Como tal, el trabajo en el sistema de salud requiere gran movilidad de los profesionales sanitarios así como la comunicación y la colaboración entre diferentes personas, incluidos profesionales sanitarios y pacientes, esto dificulta el uso de ordenadores pero no el de smartphones siendo una notable ventaja.

El acceso a los sistemas de información o aplicaciones clínicas en los centros sanitarios de nuestro sistema público es proporcionado a través de los ordenadores de sobremesa, que no apoyan plenamente el carácter móvil de la asistencia sanitaria

Los dispositivos móviles se han generalizado. Estos aparatos tienen dos características:

  • Normalmente se dispone de menor ergonomía que con un teclado y una pantalla grande (con lo cual se agradece acceder a servicios con un clic sin necesidad de abrir un navegador).
  • Por otro lado se requieren programas que ocupen poca memoria y que consuman pocos recursos en el terminal.

Las app son programas informáticos de tamaño muy pequeño y que consumen pocos recursos capaces de realizar pequeñas tareas concretas normalmente con conexión a Internet y con un esfuerzo menor para el usuario que si accediera al mismo servicio a través del navegador. Esto es debido a:

  • El acceso es más rápido y con menos clics.
  • La información se presenta de una manera más optimizada para su lectura en una pantalla de reducidas dimensiones.

 La FDA distingue dos grandes categorías de aplicaciones en plataformas móviles:

  •  aplicaciones que permiten consultar y almacenar información generada por dispositivos y sistemas de información clínica.
  • aplicaciones que permiten a un smartphone funcionar como un dispositivo médico, incorporando nuevos sensores o utilizando aquellos de los que ya dispone. En este segundo grupo podemos incluir aquellas que permiten a la plataforma móvil funcionar como un estetoscopio electrónico, mostrar imágenes radiológicas para diagnóstico, etc.

El aumento de la adopción de los smartphones por profesionales de la salud demuestra la oportunidad para mejorar la comunicación clínica, y mejorar el acceso a los sistemas de información y herramientas clínicas desde cualquier lugar y en cualquier momento. En consecuencia, se han producido muchas aplicaciones de software para profesionales de la salud con el fin de facilitar la práctica de la medicina basada en la evidencia (MBE) en el punto de la consulta.

En un formato de revisión sistemática de la literatura realizada por Mosa (2012) clasifica las aplicaciones sanitarias para teléfonos inteligentes según su destino para profesionales de la salud, estudiantes de medicina o de enfermería y pacientes. El grupo para profesionales de la salud las subclasifica en siete categorías en función de la similitud de su función: diagnóstico de enfermedad, medicación, calculadoras médicas, búsqueda de literatura/información, comunicación clínica, aplicaciones clientes del sistema de información del hospital y formación médica.

Las aplicaciones médicas ofrecen un gran potencial para mejorar la asistencia clínica, pero es bastante desconocida los posibles peligros asociados con su uso que podrían afectar negativamente a la atención de los pacientes.

Entre los posibles peligros se ha mencionado:

  • las infracciones de la confidencialidad
  • los conflictos de intereses
  • mal funcionamiento en la toma de decisiones clínicas

Es necesario ser conscientes al elegir una APP que:

  • algunas aplicaciones contienen contenido poco fiable,
  • no suele tener en cuenta la evidencia científica
  • no suelen estar revisadas por colegas.

Han sido propuestas diversas estrategias para sin obstaculizar el desarrollo de apps, controlar el mercado de las aplicaciones médicas y que éste esté basado en la evidencia

La mayoría de las aplicaciones médicas carecen de información sobre autoría, quienes son los productores y los distribuidores. Así mismo no suelen dar referencias y no está claro en si estas aplicaciones se actualizarían, si surgiera nueva evidencia

El uso de aplicaciones sanitarias realizadas por empresas comerciales o por la industria farmacéutica podría plantear cuestiones éticas importantes influyendo en el tratamiento en favor de sus propios fármacos

El contenido de todas las aplicaciones médicas debiera estar basado en la evidencia, siendo revisadas por profesionales externos, proporcionando información clínica actualizada

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